Bacterias conocidas, antes sensibles a antibióticos comunes y ahora resistentes a casi todos o todos ellos, son el problema más grave que enfrenta la medicina hoy, y paradójicamente es el que menos tratamiento periodístico ha tenido y el que menos ha llamado la atención o preocupado a la comunidad en general. Los más modernos y sofisticados antibióticos, última barrera de defensa contra el flagelo, hoy son ineficaces contra determinado infecciones intrahospitalarias y algunas de la comunidad.
Según una publicación de Clarín, un informe reciente del Instituto Carlos Malbrán indicaría que en Argentina 9 de cada 10.000 habitantes, adquieren superbacterias; tasa superior a las encontradas en Europa; lo cual indica de que la evolución de la resistencia bacteriana es diferente según las regiones, aunque no se conoce exactamente cuales son las razones.
Argentina es el único país de Latinoamérica que realiza el estudio sobre la resistencia de los antimicrobiana siguiendo el protocolo recomendado por la OMS; lo cual si bien nos pone a la cabeza científica de nuestra región, nos indica que estamos ante un problema muy grave, y que tiende a agravarse, dadas las estimaciones de que para los años 2050 podrían ser de unos 10 millones, superando al cáncer.
La razón de tal realidad es el uso indiscriminado de antibióticos: 1.- Para usarlos en enfermedades que decididamente no responden a ellos como las enfermedades virales en genera, ejemplo: los estados gripales; 2.- Para el uso inadecuado para agentes que si responden a los mismos (Usar un antibiótico mayor cuando el agente responde claramente a uno menor); 2.- usar dosis incorrectas; 3.- Usar antibióticos por tiempos demasiado breves o demasiado prolongados; 4.- la automedicación.
Los gérmenes son organismos vivos que se adaptan y se hacen resistentes por mecanismos de aprendizaje bien conocidos por la ciencia. Uno de esos mecanismos es la síntesis de sustancias que inutilizan a los antibióticos. Los bactericidas, de la familia de los Carbapenems, desarrollados a partir del año 1985, y que fueran toda una promesa hoy son inútiles contra varias cepas de la conocida Klepsiella Pneumniae, y que por lo tanto se ha transformado en una nueva superbacteria. (Una mutación en la bacteria le permite producir una enzima llamada BLA-KPC, la cual inactiva a los antibióticos carbapenémicos).
En síntesis: Los niveles de resistencia progresiva en los distintos agentes, ya era un drama en los años 70, y hoy el problema se ha disparados haciendo que el bagaje terapéutico se hace cada día mas obsoleto e ineficiente.
Las tragedias inmediatas son las más atendidas, lógico; requieren mucha atención de la supuestamente atribulada dirigencia, y problemas como pobreza, desigualdad, crisis económica, inseguridad, trata de personas, narcotráfico; nadie lo discute; pero este en particular es un tema que requiere medidas sencillas en la mayoría de los casos, y fáciles de ejecutar, y que de lograrlas mejorarían, no totalmente el panorama, pero si ayudarían significativamente. Creo que una de las mejores inversiones que puede hacer los gobiernos, es instruir a la comunidad ; indicando medidas correctivas para evitar el avance del problema.
Al menos, divulgando estas cosas entre conocidos, mediante el boca a boca, algo puede lograrse.
Link a PDF para informarse de mecanismos de la resistencia bacteriana