LOS MISERABLES

LOS MISERABLES

imagesCuando la leí la novela «Los Miserables», de Víctor Hugo, (Que tal vez, perdón don Víctor, debió haberse llamado Los Humillados) inspirada en los relatos del cruel Eugene-François Vidocq, vuelto funcionario policial después de su arrepentimiento, y en la famosa revuelta de 1832, y que preveía ya la Comuna de París; pensé que nada peor que eso le podría suceder a una ciudad desmoralizada, a un país hambreado, a un país en sombras.

Pero sin embargo pude algo peor siempre suceder: cuando las crisis sobrevienen, y se pierden las reglas; la moral, la ética la verdad se desdibujan y todo puede ser posible, el catastrófico vacío aparece, y el final del pozo del Dante se comienza a divisar.

Tal vez necesitemos otro policía como el Inspector Javert o quizás otros ángeles como Gabriel y Daniel destruyendo la moderna Sodoma.

Cuando el mal está en el poder y la ciudadanía no lo detiene, el mal está en ciudadanía… y el apocalipsis bíblico aparece.

Resultados positivos de una vacuna de espiga glicoproteinica contra el Coronavirus

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa2026920?query=TOC

rSARS-CoV-2, desarrollada por Novavax y fabricada en Emergent Biosolutions, es una vacuna de nanopartículas recombinantes construida a partir de la glicoproteína espiga de tipo salvaje 

A los 35 días, NVX-CoV2373 pareció ser seguro y provocó respuestas inmunes que excedieron los niveles en el suero convaleciente de Covid-19. El adyuvante Matrix-M1 indujo respuestas de células T CD4 + que estaban sesgadas hacia un fenotipo Th1. (Financiado por Coalition for Epidemic Preparedness Innovations; número ClinicalTrials.gov, NCT04368988. se abre en una nueva pestaña).

LA AGONÍA DE LA MENTIRA

Cuando renace la verdad

imagesDicen que, en las guerras, lo primero que muere es la verdad; disiento de tal afirmación, porque lo primero que veo en esta guerra morir es la mentira, y sus disfraces.

Es esta una guerra desigual contra un enemigo extraño y frio, silencioso e indiferente a la tragedia que provoca; y por la potencia del ataque, arranca todos los cartones pintados del escenario y la superficial banalidad.

Detrás, muy por detrás aparece la descascarada pared de la realidad, nuestros temores y el más perverso egoísmo.

El egoísmo de siempre aparece luciendo sus mejores atavíos, se nutre del temor y humilla para lograr el beneficio de sus 20 monedas, vendiendo su alma y su basura por cien lo que no vale ni dos.

Luego llega el minúsculo enemigo, que ataca nuestros débiles y olvidadas fortalezas, desnuda la verdad y la expone en su verdadera dimensión, a quien desee verla.

El virus solo desea vivir como cualquier animal, y en este caso su poder es su frágil infinitud expansiva e implacable. Como buen predador parasitario entra por la descuidada puerta trasera de nuestra humanidad y allí quiere darse el festín para sobrevivir. Probablemente sucumba en el intento, pero no todas las veces.

En la guerras, si pretendemos ganarlas, bien nos hemos de preparar con la mejor estrategia, las mejores armas y los mejores hombres. Ellos serán los que detengan al enemigo; pero en estas lides menos románticas, como esta colosal pandemia, nos sorprende avergonzados con nuestras tropas empobrecidas, menospreciadas y olvidadas.

downloadHoy nos damos cuenta de que hemos pagado fortunas por ver o escuchar lo banal e irrelevante, lo divertido, lo placentero; y hemos dejado en la miseria a quien se ocupa de lo esencial, de quienes nos cuidan o protegen de invisibles enemigos siempre al acecho.

Nuestros astros del deporte, nuestras estrellas del moderno vodevil, los fantásticos blogueros, los que hacen la política o la justicia, lo mejor pagados hoy no pueden ayudarnos; han huido a preservarse, son inútiles ante la tragedia

Los olvidados, los peor pagados, los que nos cuidan, los que nos protegen, no los encumbrados, los de las trincheras, los anónimos, los que en realidad mueren en la primera línea de combate en una guardia, o en la ambulancia, o en la calle, esos que hoy nos cuidan a esos no los hemos cuidado nunca

La mentira está muriendo, oíd mortales el nuevo grito sagrado…la mentira está agonizando.

Cuando la verdad golpea tu puerta

LA SALUD AL FINAL DE LA LISTA

instituto_malbran_crop1584540713844.jpg_1327411322Hoy los periodistas, y divulgadores se acaban de dar cuenta lo poco que se les paga a médicos, y científicos; y del pésimo estado de los centros públicos de salud.

La mayoría de los hospitales, dan pena. Los públicos, claro está, porque algunos privados son un orgullo, claro que sí, pero son caros y no todos pueden costearlos.

Y allí, en medio de los deteriorados muros de la medicina estatal tendremos muchos de nosotros una oportunidad de vida.

Pagamos ciento de millones a futbolistas, deportistas glamorosos, artistas de fama, y personajes marketineros, es lógico, nos divierten; y a los prestigiosos y concienzudamente formados profesionales  del Malbrán, que ahora es custodio de nuestra salud y de nuestra vida, les damos algunos mendrugos…muy poco, y algunos deben hacer guardias para llegar a fin de mes.

Así como lo lees así es.

Parece un delirio de una noche de verano, pero no lo es.

Los aplaudimos hoy porque estamos asustados y a partir del fin de la epidemia me imagino que todo volverá a su triste lugar; al mísero olvido, y a mi decepción.

el Malbrán da pena; la institución que es responsable de nuestra salud da pena amigos míos.

Periodistas que tanto se ocupan del glamour: bienvenidos a la realidad.

El glamour es solo una píldora hueca que hoy no sirve, y hoy no sanará a nadie.

El menospreciado Coronavirus nos está dando una bofetada de realidad.

Albricias patria mía, hemos descubierto la verdad.